corruptor.jpgNo puedo dormir antes de las 2:00 de la madrugada, pues luego de casi 20 años laborando en turno nocturno en periódicos de este país, mi reloj biológico comprendió que no debía entregar mi cuerpo y mi mente en manos de Morfeo antes de esa hora, que es la promedio en que llego a casa, me baño, reflexiono o veo tv y finalmente duermo.

Durante casi todo este tiempo he criado a mis hijos, me he divorciado dos veces y nunca he podido tener el dinero que me permita suplir todas las necesidades y aspiraciones de mi familia.
He pagado, eso sí, todos mis impuestos, no importa si al hacerlo tenga que tomar prestado o arrendado para comprar una lata de Milex o Nido, o si me corten la electricidad o el teléfono. O si no le puedo enviar a mamá una cantidad que siempre ha sido inferior a la que el gobierno toma de mis ingresos netos.
Asumo que con ese dinero el Estado debe garantizar a mí y a mi familia, salud decente, calles en buen estado, educación, seguridad, legislar a mi favor, pagar funcionarios honestos y concientes de que son mis empleados, en fin, hacer que mi país funcione bien. Pero aquí parece una utopía esperar que sea así, aunque puedo comprender que fruto de todos los gobiernos y no gobiernos que nos han desgobernado desde que un tal Colón puso proa con sus hediondos y delincuentes “marinos” europeos, aún estemos lejos de ser un Estado no fallido.
Ahora bien, lo que no acepto de manera mansa es que mis impuestos, mismos que el gobierno no solo obtiene directamente de mi salario neto, sino que me los arranca cada vez que tengo que pagar casi 60 pesos de gravamen por cada galón de gasolina que compro, en cada cosa que como, en cada bien o servicio que pago, sean usados para repartirlos a los miembros de los partidos políticos que acceden al poder.
No conformes con el hecho de que los ciudadanos tenemos que costear los lujos de funcionarios ineficientes, también debemos mantener a una partida de gente que no ofrece ningún servicio al Estado, pues para cobrar no tienen que hacer nada más que estar inscritos en el padrón de un Comité de Base del PLD e ir cada mes a un lugar apartado en distintas carteras estatales a cobrar tres o cuatro mil pesos procedentes de la nómina especial CB (nómina para los Comités de Base). Más de 30 mil “compañeros de la base” cobran este dinerito, lo que significa una sangría de casi 100 millones de pesos cada mes, más de 1,200 millones al año.
Con esos recursos se podrían salvar cientos de vidas de pacientes renales que mueren cada año porque no tienen lo necesario para poder llevar el tratamiento requerido; se podrían contratar varios cientos de profesores que hacen falta en nuestras escuelas, mejorar la condición del sector salud o podrían destinarse a construir careteras en comunidades rurales apartadas adonde la mano del gobierno nunca llega.
Pero lo peor es ver la simpleza con que toman nuestras autoridades el asunto. En el reportaje que la reconocida periodista e investigadora Nueria Piera publicara el pasado sábado 8, el secretario general del PLD, Reynaldo Pared Pérez, plantea que “ son medidas que tendría que tomar el gobierno, que tiene que aclarar eso, en caso de ser cierto… si es así, habría que buscarle correctivo a esa situación”, es decir, debe dejarse esa práctica, pero quienes han violentado la ley y la ética con su accionar no recibirán ningún castigo. Y el partido se lava las manos, pues ese no es su problema. Y no pierden tiempo los “comentaristas” de toda clase de programas “independientes” que condenan lo inoportuna que es la denuncia, en medio de una campaña electoral.
Nadie tiene derecho siquiera a manifestar su oposición a hechos tan deleznables como estos, pues de inmediato será sindicado acólito de la parcela de en frente, no importa quien gobierne, pues si es el PLD, te acusan de perredeísta, y si es el PRD, lo propio. En el reportaje de Nuria se puede apreciar la forma arrogante como reaccionan quienes están entregando los dineros del Estado a gente que no trabaja en el mismo, como si no fuera mi dinero, el del pueblo, el que se estuviera mal utilizando.
Estas son de las rezones que hacen que cada vez más la gente no crea en nuestros políticos. Para una parte importante de la sociedad, los políticos son todos iguales, solo cambian de color y de partido, pero todos tienen el mismo modus operandi. La corrupción y la desvergüenza campea, y las opciones son prácticamente inexistentes. En cada partido existe un grupo importante que está siempre presto a cometer abusos contra los recursos del Estado. Y pareciera ser que esos que así actúan están muy bien protegidos, pues nunca caen, a pesar de que se descubren los casos por lo general todo queda en los medios de comunicación, no pasa de ahí, nunca aparece quien pague por el delito. Y los ciudadanos no reaccionamos. Porque parte del robo de los recursos del Estado va destinado a mantener en la ignorancia en la población, pagando a comunicadores y medios que callan y defienden a los políticos que así actúan. Y este fin de semana, ¡vamos pal’bandereo, que e’palante que vamo…!

Si usted quiere ver el reportaje acceda a http://www.nuria.com.do/casos.php
y busque el reportaje “Nóminas CB, un Desvío de los Fondos Públicos al Servicio del Clientelismo Político”.