Caos en la 27 con Churchill

Le invito a detenerse en una esquina cualquiera de Santo Domingo, como la Churchill con 27. Colóquese al pie del monumento al Quetzal y comprobará algunas curiosidades. Verá que, estando el semáforo en perfectas condiciones, uno o dos agentes de la Amet dirigen el tránsito y te detienen en verde mientras ordenan a quienes vienen en otro carril a cruzar en rojo. Y si se va la luz, los agentes también se esfuman.

Si mira a sus pies verá que la plaza y su jardín, en lugar de flores está “adornada” de vasos y funditas plásticas de agua y helados, colillas de cigarros y mil basuras que son lanzadas por las personas que piden, venden, limpian cristales o simples peatones. Entonces, en lugar de jardín, tenemos un basurero.

Si se olvida del basurero en que se ha posado, levanta su cabeza y mira hacia el Este, un poco a su izquierda, verá un “limpiavidrios” vestido como un banquero, corbata y sombrero de fieltro mientras intenta montar su propio show para que usted permita que le limpie el cristal de su vehículo por un par de monedas.
Un policía debajo de unas matitas que reparte piropos “por pipá” a las féminas que apuran su jornada; unas palmas replantadas que se secan, una pantalla (que costó un dineral) y que inicialmente debió exhibir videos y documentales, ahora sirve como soporte a un inmenso frigorífico que abre sus puertas para dejar ver entre el humo unas frías bien cenizas, mientras que en otra esquina un grupo de muchachas y otras no tan muchachas promocionan un producto para estimular la erección masculina…

Si mira a la derecha, unos guardianes y un agente policial tienen un “ladrón” que intentaba robar dentro de un auto, mientras le contrasta el paso de una yipeta oscura, grande, con un admirado señor cuya fortuna es de dudoso origen: al ladronzuelo algunos quienen lincharlo, mientras abren paso a la yipeta del hoy “honorable ex funcionario”.

Hacia el norte hay un banco que su acceso principal no está ubicado en la fachada, sino atrás, o en un lateral. (No mire hacia atrás, que encontrará a un vendedor ambulante que hace pis como si estuviera en un monte y no en la vía pública). Si se desplaza hacia el Sur, llegará al Centro de los Héroes y si usted se dispone a pagar un servicio público, verá que le tratan como si fuese a mendigar. Y todo eso sólo en un punto. No hablemos de apagones y la nueva ley de electricidad, ni del caso Sun Land, ni de impuestos hasta al aire que respiramos, ni del cambio de libros escolares con apenas reformas insignificantes en su contenido ni todo el desorden institucional de nuestro país.